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Bajo la programación de El Colegio de Sinaloa, y con el apoyo del Instituto de Cultura de Mazatlán, Labastida llegó al puerto y profundizó con gran rigor, erudición y elocuencia en la vida, pero sobre todo, en la obra de la llamada “Décima musa”.Destacó la convicción y el carácter de la monja jerónima para trascender dificultades de todo tipo (sociales, intelectuales, ideológicas, etc.) y, al mismo tiempo, alabó su grandeza para granjearse una reputación como genio literario en América y España.
Con el carácter crítico que lo caracteriza, Jaime Labastida se sumergió en la obra literaria de Sor Juana para puntualizar sus méritos y, sobre todo, cuestionarse sobre los conflictos que la poeta padeció en los últimos años de su existencia al debatirse entre obedecer a su fe o abandonar la escritura.
Para Labastida el desenlace de esto fue lamentable: ella dejó de escribir, abandonó su biblioteca y con esto, apago la insaciable sed de belleza y conocimiento que la llevó a superar todo tipo de obstáculo y, sin embargo, esto no logró borrar su huella como una de las máximas figuras literarias en la historia de América.
La parte final de la presentación estuvo coronada por las intervenciones del público que en esta ocasión contó con la presencia de destacados literatos e intelectuales del Estado y del país: Felipe Garrido, Elmer Mendoza, José Ángel Pescador y Juan José Rodríguez.
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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