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Cuando sonó la tercera llamada, el escenario cayó en penumbra y después fue proyectado un video de Chavela Vargas en blanco y negro donde la cantante aseguraba con firmeza que nunca moriría mientras se siguieran escuchando sus canciones.Además de acompañar instrumentalmente a la contraalto, el guitarrista Luis Ornelas también tuvo la oportunidad de participar como vocalista en la interpretación de la canción Por el bulevar de los sueños rotos que el cantautor español Joaquín Sabina escribió para recordar por siempre y con cariño los mejores momentos de la mítica “Chamana”.
Fotografías proyectadas de la cantante al fondo del escenario, un retrato, apasionantes interpretaciones a voz fuerte, ronca y sazonada por licores fueron los elementos que cautivaron al público de Casa Haas en una divertida e íntima tertulia para celebrar a una de las grandes leyendas de la canción ranchera.
Ya entrado el concierto, Flor Estrada, en su papel de “La Vargas”, le pidió al público que leyera unos papelitos que entregó al inicio del espectáculo y a partir de frases como “amores de Chavela” y “amistades de Chavela” el público pudo conocer un poco más a fondo la vida de esta cantante costarricense naturalizada mexicana.
En un pequeño intermedio, Flor Estrada invitó un trago de tequila a sus asistentes y antes de regresar a la cantada propuso un brindis masivo. Todos juntos levantaron su vasito con tequila y gritaron emocionados “¡salud!”.
Después de este gesto el público entró en calor y, ya totalmente desinhibido, coreó en voz alta canciones como No volveré, de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar, Cruz de olvido, de Juan Záizar, y Si no te vas, de Cuco Sánchez.
Entre otras historias, Flor Estrada compartió detalles y episodios fundamentales de la vida de Chavela Vargas como el significado de sus característicos jorongos, su amistad con personajes como Frida Kahlo, José Alfredo Jiménez o Agustín Lara y su relación con el alcohol.
Antes de cantar la última canción de Un último trago con Chavela Vargas, Flor Estrada agradeció a los medios de comunicación, al público, al personal y a director del Instituto de Cultura de Mazatlán, el licenciado Raúl Rico, por hacer posible este espectáculo. Después de 90 minutos de encarnar a “La dama del poncho rojo”, Flor Estrada y Luis Ornelas fueron despedidos con un largo y fuerte aplauso.
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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