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A casi 20 años de haberse fundado la EPDM bajo la dirección artística de la Compañía Delfos Danza Contemporánea, dirigida por Claudia Lavista y Víctor Ruiz, “Radar” refrendó la visión única de esta institución por forjar artistas profesionales y creativos al ofrecer ocho coreografías que fueron desde el trabajo en solitario al trabajo colaborativo.Previo al inicio del espectáculo la maestra Claudia Lavista dedicó la función al estudiante ecuatoriano Juan José Gómez, recientemente fallecido, con un homenaje en el que sus compañeros hicieron aquello que inspiró y colmó su existencia: bailar.
“Radar” inició a lo grande con la interpretación de La casa de los carteros, una pieza de Aura Patrón interpretada por Wesly Marroquín y Dalila Medina que ganó en 2014 el Premio Culiacán de Coreografía “Héctor Chávez” y que muestra cómo dos almas convergen de forma íntima y profunda en un mismo espacio al ritmo de los violonchelos.
Las siguientes interpretaciones Donde habita el olvido, de Martha Castillo; El último, de Katia García y Jonathan Alavés, y Pi>, de Andrés Bernal, Karla Flores, Mariana Rodríguez y Paola Reyes, hicieron que el público sintiera a flor de piel las metáforas corporales esbozadas por los alumnos en temas como la soledad, el encuentro espiritual y los vacíos existenciales que inspiran tanto a la poesía como a la danza contemporánea.
Tomando como motivos la belleza de la danza y el movimiento humano, Éter de José Ángel Rochín y Eric Soto fue la pieza con la que inició la segunda parte del espectáculo después de un intermedio de 10 minutos.
Marketing, de Román Guerrero, fue la pieza más vitoreada de la noche. En ella sus ocho intérpretes (Wesly Marroquín, Luisa Escoboza, Siria Aguirre, Hon Infante, Maximiliano Corrales, María Fernanda González, María Paula Pérez y Román Guerrero) satirizaron el narcisismo de las personas que buscan admiración y aprobación social a través de un cuerpo atlético.
La velada estaba llegando a su recta final cuando Andrés Bernal y Maximiliano Corrales presentaron Mesura y dieron una probada más del fino y disciplinado trabajo que se lleva a cabo día a día en las aulas de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán.
El espectáculo llegó a su fin con broche de oro: Radar, pieza creada por Johnny Millán, juntó en el escenario a casi 20 alumnos simulando el movimiento circular y los

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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