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Formaron la compañía Pájaro-Mosca (hoy transformada en Pájaro-Mosca A.C.) y en 2013 tuvieron sus primeros frutos al ganar la segunda edición del Certamen Solodos en Danza, realizado en Barba Costa, Costa Rica, que en 2014 les permitió participar en una gira por España y así ampliar sus horizontes vitales y creativos.En 2015 continuó el viaje, la exploración y el asombro constante con presentaciones en países como Guatemala y Nicaragua; y el año pasado, poco antes de graduarse de la EPDM, ellas comenzaron a cocinar su siguiente proyecto: “Bitácora en Común”, una serie de residencias artísticas que tendrán lugar en Mazatlán gracias a una Beca del Programa de Fomento a Proyectos y Coinversiones Culturales 2016, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, en conjunto con el Instituto de Cultura de Mazatlán.
“Nuestro propósito era traer compañías y bailarines de Latinoamérica aquí a Mazatlán y reunir a un equipo de bailarines de diferentes estados de la república en residencias de investigación. ‘Bitácora en Común’ nace porque hemos conocido a mucha gente y hemos compartido nuestros procesos y maneras de crear y nos damos cuenta que Mazatlán tiene algo distinto y eso es lo que queremos compartir. Creemos que en todo ya hay una manera establecida de hacer las cosas y creemos también en otra forma paralela a ésta: puede existir otra manera de crear, de investigar, otra manera de hacer”, señala Noemi.
Con apoyos como los de los maestros Claudia Lavista y Omar Carrum en la elaboración de su proyecto para el FONCA; el apoyo crucial de Jorge Patrón para brindarles un espacio ideal de trabajo y la presencia incondicional del Instituto de Cultura de Mazatlán, las primeras muestras del inquieto y fértil laboratorio de “Bitácora en Común” se darán este sábado 14 de enero a las 19:00 horas en Casa Haas, con la participación de las compañías Nawikil Arte, de Guatemala, y Proyecto Asimétrico, de México, con algo destinado a ir más allá de una presentación efímera.
“Este proyecto nos permite estar en comunicación y en un mismo plan. Necesitábamos un espacio en el que pudiéramos convivir y en el que pudiéramos también escribir sobre lo que estamos haciendo, porque creemos que es bueno aportar y apostarle a eso: a que haya un registro de lo que hacemos; que no se quede sólo en el cuerpo, porque el cuerpo llega a ciertas personas en la presentación. Pero ya que esto muta a la escritura, a otros medios como el video, entonces tiene mayor alcance”, agrega Elisa, haciendo énfasis en que cada presentación tiene una etapa previa de investigación, una durante el montaje y otra más después del evento. 
 
Pájaro-Mosca A.C. y más all&aac

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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