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La primera interpretación de la velada se tituló “Vaga luna che inagenti” del compositor italiano del siglo 19 Vicenzo Bellini, interpretada por el tenor Mario Canela y el pianista Sergio Castellanos. Esta romántica y melancólica pieza relató la historia de un hombre suplicando a la luz de la noche volver a ver a su amada, quien aún vive con la esperanza de regresar a sus brazos a pesar de la distancia.Dejando de lado por un momento su conocida faceta de bailarina, la estudiante de cuarto año de la EPDM Mafer Hansen tomó el micrófono y acompañada por Mario canela, en la voz; Luis Ornelas y Darío Ávila, en la guitarra, y Brian Correa, en las percusiones, mostró su versatilidad al cantar en tres diferentes géneros: el Rhythm and blues de “Mil pasos” de Soha, el reggae de “La complicidad” y “Seres extraños” de Perotá Chingó y la rumba flamenca de “Algo contigo”, que estuvo ambientada por los zapateados y la sensualidad de la bailarina Luisa Escoboza.
La segunda parte de “Preparando el viaje” se llevó a cabo en otra sala de Casa Haas y estuvo dedicada exclusivamente a la danza, en la que participaron tanto compañías emergentes del puerto como alumnos de todos los grados de la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán.
Cuatro juguetones adefesios dieron vida a “El 0/4”, una experiencia que llevó al público a una escena dentro de un sótano donde lo perturbador, lo deforme y lo bizarro crearon una tragedia cómica de cuatro incomprendidos personajes interpretados por Elisa Cabrera, Natalia Espino, María José Gómez y Francisco García.
En la siguiente pieza “Genealogía de un rinoceronte” la alumna de segundo grado Lola Ramírez interpretó una obra de improvisación en donde una mujer se encuentra consigo misma y descubre su identidad transexual.
“Otoño” del recién fundado Estudio de Baile DUE, fue una coreografía alusiva a los árboles en otoño, cuando las hojas se aferran a la vida para finalmente terminar en la hojarasca cubriendo los suelos con sus colores.
En “Tercexo” Sayd Franco y Fernando Zárate presentaron un erótico viaje dancístico que trató sobre el origen de la identidad sexual de las personas y, al finalizar, Maritza Elizalde y Elena Suárez presentaron en “233” una metáfora corporal sobre el principio oriental del Yin Yang que expuso el tema de la dualidad de todo lo que existe en el universo.
Felices por la cercanía de su función de graduación y por haber culminado la serie de presentaciones de “Preparando el viaje”, los artistas se encontraron en el

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