Durante tres horas la agrupación mazatleca complació a sus seguidores con un amplio repertorio de éxitos que le han dado una fama descomunal en quince años de trayectoria.Colocado en el Parque de las Ciudades Hermanas el escenario anunció el arribo de la banda a las once de la noche. Previamente se proyectó el videoclip de “El color de tus ojos” que puso a cantar a la muchedumbre.
Minutos más tarde subieron al escenario los músicos de la MS y entre la euforia colectiva llegaron las primeras interpretaciones: “Ayer la vi por la calle” y “Que bendición”.
Con teléfono en mano, los espectadores grabaron las primeras palabras del vocalista Oswaldo Silvas, quien compartió la emoción de cantar en la máxima fiesta porteña después de dos años de ausencia y la alegría de compartir el más reciente sencillo: “Tu postura” que actualmente suena en las playlist más importantes del país.
En una gran pantalla colocada al fondo del escenario, el público fue testigo de cómo la imagen del colosal concierto quedaba grabado en la memoria del Carnaval Internacional Mazatlán 2018, Patasalada: El circo de los talentos, organizado por el Instituto de Cultura de Mazatlán.
Durante todo el concierto los seguidores de la banda no dejaron de cantar las canciones de la MS, entre ellas: “Es tuyo mi amor” y “El color de tus ojos” que forman parte de su último álbum de estudio Mi mejor versión de mí lanzado en 2017.
Para los que sufren por amor, son traicionados y perdonan la MS regaló “Solo con verte” y “Disponible para ti”, dos de los muchos temas que han dado fama a la banda a través de su trayectoria que inició en 2003 en Mazatlán para después conquistar más de 30 galardones en Latinoamérica y Estados Unidos.
Unidos por la romántica y embriagante lírica de otras letras como “Tengo que colgar”, los músicos dieron un giro musical al poner a bailar a los presentes con dos canciones infaltables en las fiestas: “Cahuates pistaches” y “Mamá el mechón”.
Casi por instinto, las parejas se movieron al ritmo de “A lo mejor”, “Me gustas mucho”, “Me vas a extrañar” y “Las cosas no se hacen así”, con las cuales el espacio frente al escenario se transformó en una pista de baile.