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Contagia al público con su vitalidad y entusiasmo

Llegó la tercera llamada en el Teatro Ángela Peralta y el espectáculo daba inicio, una silla, un micrófono, una guitarra y un atril iluminados al centro del escenario, se proyecta en la pantalla el video con el que en aquellos años iniciaba el programa, el pasado se proyecta, el presente hace su presencia, aparece Virulo, el público emocionado aplaude.

“Me tocó aprender lo que era “Raiting” a la mala, todo por las pinches Tortugas Ninja”, comenta Virulo al explicar por qué su programa “Virulencia Renovada” salió del aire luego de año y medio de transmisiones.

Toma su guitarra, comienzan los acordes y dice: “Imaginen que soy una francesa en el malecón y que esta buenísima”.

¡Oh lala! La canción inicia y Virulo comienza a narrar con acento francés la aventura amorosa de una francesa con un latino practicando el peligroso y divertido malabarismo de la infidelidad.

Risas ante la narrativa musicalizada, el ritmo de alegría en el público permanece, Virulo interpreta un rap, su vitalidad y entusiasmo llenan el escenario.

Aparecen en pantalla las caricaturas de “Los Vampiros en la Habana”, los asistentes están atentos, seguramente recuerdan aquellos tiempos en donde el televisor a color comenzaba a tener un lugar privilegiado en algunos hogares mexicanos.

_Amor a Primer Añejo,_ otro tema que sin duda está colocado dentro de los favoritos del público, lo cantaron con él, y narra los efectos positivos que los estados etílicos generan para auxiliar en la delicada selección de la especie.

Aparecen títeres, se ven caricaturas, añade picardía en sus relatos y llega el momento más divertido para el público, el análisis de las telenovelas mexicanas, Virulo realiza una formidable e irónica representación de aquellos capítulos transmitidos en horario de 5 estrellas y que provocaban el tema de conversación social durante la semana laboral para defender “El Derecho de Nacer”.

Da una probadita de su espectáculo _Crónicas de la Pandemia_ y dice: “En la pandemia descubrí que me caía muy bien mi familia”, recuerda a Modesto García y Juan Padrón, y presenta a quien lo respalda en la operación de los recursos multimedia, su hijo Milo, el momento tierno de la noche.

Un show en donde se demuestra la conservación de los materiales visuales, de las caricaturas, en donde se conserva el humor inteligente, los recursos creativos, la gesticulación, la expresión corporal, el ánimo continuo, la energía contagiosa.

Agradece a su hijo por acompañarlo, Virulo agradece, el público aplaude, no le permite abandonar el escenario, toma el micrófono y dice: “Yo conocí una vez a un Colibrí”, canta, termina y agradece por los 30 años en los que siempre ha sido bien recibido en Sinaloa.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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