A sus 21 años Gabriela cursa el cuarto año de la Licenciatura en Nutrición y desde pequeña la danza ha constituido uno de sus más grandes placeres y, literalmente, le ha permitido internarse en la máxima fiesta del puerto al participar en el Baile Infantil, concursar en comparsas durante el desfile y formar parte del cuerpo de baile en coronaciones.“La verdad es un compromiso muy grande y es algo muy cansado, pero me deja una sensación muy bonita porque soy mazatleca, porque amo mi puerto y estoy muy orgullosa. Había ensayos que terminaban hasta las 5 de la mañana y claro que es cansado, andas toda desvelada pero es muy padre; igual los desfiles son largos, pero ver la alegría de las personas y los niños, sentir la fiesta y representar la cultura de Mazatlán a mí me gusta mucho”.
Ahora Gabriela decidió saber cómo vive el Carnaval una candidata a Reina; cómo sufre, goza, se divierte y desafía a una mujer que aspira a representar las tradiciones y valores de una fiesta centenaria: las recompensas han sido grandes.
“Ha sido una muy bonita experiencia. He conocido personas que se acercan, apoyan, te ofrecen cosas y lo más importante, te vas descubriendo a ti misma: yo antes decía que era muy insegura y ves lo que eres capaz de lograr, es un reto personal”.
Debido al crecimiento del puerto en los últimos años, Gabriela Lizbeth Cristerna Díaz considera que ha llegado el momento de proyectar, como nunca, la enorme riqueza cultural de la máxima fiesta del puerto.
“Creo que es necesaria publicidad internacional, en especial de nuestros atractivos culturales, de la tradición e historia del Carnaval. Hay mucho que la gente debería saber: cómo todo inició con las fiestas de la harina, la época del corcholatazo, que antes no había un concurso de reinas, cuando se daban los cascaronazos, toda la evolución que ha tenido la fiesta a lo largo del tiempo”.
Gabriela espera vivir en la Noche de Elección de Rreinas, otra nueva experiencia: la de conocer qué siente una mujer mazatleca al convertirse en soberana del Carnaval Internacional de Mazatlán.
“Me imagino un momento muy emotivo, lleno de ilusiones; de coraje, de fuerza, porque me ha costado, porque sí es un sacrificio estar aquí. Quiero expresar eso, que nada me detiene y demostrarle a las personas, a mí misma, de lo que soy capaz y cumplir este sueño”.
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