En marzo el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán inauguró en Casa Haas las exposiciones “Eco y silencio”, de Lucila Santiago y “Retorno a la figura”, de Glen Rogers. Lamentablemente, al igual que en el resto del mundo, la contingencia del Covid-19 impuso el cierre de los espacios culturales porteños y cortó la posibilidad de que más personas visitaran estas exposiciones.
Sin embargo, en su regreso a Mazatlán Glen Rogers tuvo oportunidad de apreciar cómo sus obras mantienen intacto su poder y misterio, un hechizo que comenzó a gestarse desde tiempo.
“Por muchos años, más de 20 años, estuve haciendo trabajos con símbolos, símbolos de carácter femenino como la luna, la espiral y el círculo, pero antes de eso trabajé sobre la figura humana, y en 2018 fui a Marruecos para una residencia de artistas y allí comencé a ver a las mujeres con sus velos, sus chilabas. Mi idea era trabajar con símbolos islámicos, hermosos diseños moriscos, pero cuando llegué allá tenía una pequeña prensa, estaba haciendo monotipos y de pronto las figuras emergieron, así que empecé a trabajar con la figura y era algo emocionante porque allí había algo nuevo, un regreso a la figura, era nuevo y refrescante; así que cuando regresé a mi estudio en San Miguel de Allende comencé a pintar y hacer de nuevo las figuras en grabado, así nació “Retorno a la figura”.
En 28 obras realizadas en técnica de monotipo, óleo sobre madera y óleo sobre tela, Rogers invita al espectador a conocer lo más profundo de la belleza y sabiduría de la mujer a través de símbolos que, de acuerdo con la artista, apelan más a la fuerza del inconsciente y no tanto a la razón, una idea que sigue los conocimientos del destacado psicólogo Carl Gustav Jung.
“Diría que con estas figuras intento representar a todas las mujeres, el poder y sabiduría ancestral de las mujeres, la feminidad sagrada; una mirada a los tiempos antiguos cuando las mujeres estaban a cargo de su mundo en culturas matriarcales, eso es algo que realmente me emociona, la idea de las culturas matriarcales. Es una mirada hacia el pasado, pero también es una mirada hacia algo inherente en todas las mujeres, así que es una especie de representación del pasado, el presente y el futuro”.
En relación con el futuro inmediato, Glen Rogers tiene muy claro que Covid-19 cambiará las dinámicas del arte y la cultura en el mundo, y confía en que esto de forma a un panorama mucho más creativo y enriquecedor para las artes de Mazatlán.