Antes de iniciar el concierto, el Director General de Cultura, Raúl Rico González, dio la bienvenida al numeroso público que atiborró el recinto y a los jóvenes músicos dirigidos por los maestros Mónica Osuna y Héctor Reyes.En materia de formación para alumnos de la Escuela de Música del Instituto de Cultura, la Orquesta Sinfónica Juvenil es el proyecto más acabado pues reúne a los estudiantes de nivel técnico con más aptitudes para elevar sus conocimientos en la ejecución de música sinfónica y de cámara a través de intensas clases, ensayos y presentaciones.
Con los cuatro movimientos de la Suite Carmen del compositor francés George Bizet inició el concierto: la serenidad del Preludio y el Intermedio y la intensidad de la Aragonesa y Los Toreadores, capaces de recrear la faena española en la que está ambientada ésta famosa ópera del siglo 19.
El concierto continuó con dos vistas españolas Grant Hull: Catalonia y El Vito-Andalucía, Reflexiones Sinfónicas de Andrew Lloyd Weber, interpretadas después de Farandola de Bizet, que fueron aplaudidas por los espectadores incluso desde afuera de la iglesia ante el lleno total del sacro recinto.
En la segunda mitad del concierto el público disfrutó piezas como Suite Porgy and Bess de George Gerswhin, Chacona de Buxtehude-Fink y obras de Leroy Anderson cuya belleza musical adornó la arquitectura piramidal de la iglesia y el arte sacro en las paredes.
Como sorpresa de la noche, el Coro Ángela Peralta se incorporó en la interpretación de Finlandia de Jean Sibelius para cerrar con broche de oro el espectáculo; en agradecimiento el público se puso de pié para recompensar a los artistas con intensos y prolongados aplausos.
Al finalizar la memorable velada musical, la directora asociada Mónica Osuna impregnó de emotividad la noche al expresar lo orgullosa que se siente de los frutos de la Orquesta Sinfónica Juvenil a un año de intensas clases y agradeció a los familiares, maestros y a Cultura por colaborar y hacer posible este proyecto que debe continuar.