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Un excelso trabajo de iluminación artística de Antonio Serratos; vestuario y utilería de Elisa Espinosa y proyecciones multimedia de Karla Aguirre fueron algunos de los detalles que hicieron de La Camerata va al cine un espectáculo inolvidable en el Teatro Ángela Peralta cuya taquilla está destinada a apoyar los trabajos altruistas del Banco de Alimentos.Acogido por la “Obertura 20th Century Fox”, pieza de Alfred Newman, La Camerata va al Cine se presentaba ante el público como un espectacular concierto que combinaría la música de cámara con una variedad de atractivos visuales.
Tan pronto como terminó esa breve introducción, la magia de Disney se hizo presente en la ejecución de “El aprendiz de brujo” de Paul Dukas, pieza que estuvo acompañada por la entrañable secuencia animada de la película clásica Fantasía, de 1940 protagonizada por el simpático ratoncito, “Mickey Mouse”.
Bailarines disfrazados como estudiantes del Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería dieron vida a la sección de “Harry Potter”; luego una pequeña nevada recreó la atmósfera de “Frozzen” y entre el enternecedor vals de  “La Bella y la Bestia” de Alan Menken y las trepidantes notas de “The Avengers”, “Misión imposible” y “007 James Bond” el público vivió un auténtico carrusel de emociones.
La bailarina del Ballet Clásico de Sinaloa A. C. Alina Rodríguez Begdali encarnó a la Reina de Corazones de “Alicia en el País de las Maravillas” y un grupo de piratas que bajaban a rapel por los balcones tuvieron un duelo con espadas con el ocurrente Capitán “Jack Sparrow”  por los pasillos del teatro en la épica interpretación de “Piratas del Caribe”.
Tras la ejecución del tema principal de la memorable película “Star Wars”, en la que los efectos láser producidos por Carlos Lizárraga fueron la cereza del pastel, los asistentes recompensaron la actuación de la Camerata Mazatlán con un prolongado aplauso y, en un gesto de agradecimiento sincero, los músicos decidieron ofrecer como encore la reinterpretación de la pieza más aclamada de la noche, “Piratas del Caribe”.
Al salir de los interiores del teatro, el público se encontró con los personajes que participaron en el espectáculo y se tomaron la foto del recuerdo junto a ellos y las botargas del Banco de Alimentos de Mazatlán, institución a la que el Instituto de Cultura de Mazatlán donó la totalidad del dinero de esa función para apoyar su noble causa de alimentar las colonias de menos recursos del puerto.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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