Las expresiones faciales del concertista delataron el gozo al interpretar cada pieza, teniendo casi siempre su oído cerca del corazón y de la guitarra.El público se contagió con la serenidad del guitarrista y una atmósfera donde el romance, la elegancia y pequeños momentos de arrebato marcaron el ritmo en piezas como Lágrima de Francisco Tarrega, Estudio no. 1 de Héctor Villaluz y los tres movimientos de la Sonata 1 del compositor cubano Leo Brouwer.
Rodrigo Gómez interactuó con el público antes de cada pieza. Explicó que para componer Capricho de Goya XX “Homenaje al maestro” de Mario Castelnuovo-Tedesco, el músico italiano se inspiró en las estampas “grotescas y depravadas” del pintor español Francisco de Goya, para crear una pieza de sentimientos honestos y poéticos.
El recital de guitarra llegó a su fin con el artista emocionado por interpretar su obra favorita: El último café juntos de Simone Ianarelli. Llegaron los aplausos y Rodrigo Gómez se despidió con un agradecimiento a Sergio del Valle y al Instituto de Cultura de Mazatlán por hacer posible su presentación en el puerto.