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En punto de las cinco de la tarde del pasado lunes, el Librobús estaba lleno de jóvenes de la preparatoria CEBTA 133, extensión Escamillas, que no paraban de hojear los libros, de preguntar precios y de llevarse un ejemplar de cuentos, novelas o ensayos.“Así ha estado toda la tarde, y de eso se trata el Librobús, de que los jóvenes se acerquen a un libro, de que vuelvan la atención a la lectura y de que salgan de la computadora y el teléfono por un momento”, señaló Pedro Moreno Rodríguez, uno de los responsables del Librobús en su visita a Mazatlán.
Minutos después, sonó la tercera llamada del espectáculo de cuentacuentos. Parecía que iba ser una tarde difícil par Ángela Camacho al tener que presentarse ante un grupo de adolescentes.
Sin embargo, gracias a su amplia experiencia y a su capacidad para conectarse con la audiencia, Camacho involucró a los jóvenes en la historia “La tierra de arena”, una leyenda de la etnia seri de Sonora que explica el origen de la tierra, y que fue narrada a través del teatro kamishibai, una tradición japonesa que muestra láminas dentro de un retablo llamado Butai que ilustran los pasajes que la voz relata.
Poco a poco el público se fue entregando, y con el “Cuento de los sapos”, leyenda mayo-yoreme que habla sobre el origen de la lluvia, entre el acento campirano que Camacho utilizó, y entre divertidas técnicas que sirvieron para involucrar a los adolescentes con la historia, las risas y los aplausos brotaron con alegría.
Para su última historia, Ángela Camacho relató las disparatadas aventuras del personaje más entrañable de la literatura sinaloense, “El güilo mentiras”, que el escritor escuinapense Dámaso Murúa inmortalizó, en historias como “El jaibón”, con la que público de Escamillas río a carcajadas.
Como cierre de su participación, Camacho desafió a los asistentes con una serie de adivinanzas de la autoría de José Emilio Pacheco, Emilio Lomé y Alberto Forcada que en verdad pusieron a pensar al público que, literalmente, estuvo compuesto por personas de entre 7 y 100 años, gracia a una señora que afirmó tener esa edad y que no se pierde ninguno de los eventos que el Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán lleva  a la comunidad de Escamillas.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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