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En punto de las 19:00 horas la antigua casona ubicada entre las calles Heriberto Frías y Mariano Escobedo, acogió una más, de las veladas musicales que cada vez con mayor periodicidad ha ofrecido este reconocido pianista originario de Guadalajara, Jalisco.Formal, vestido en traje oscuro y corbata, como suele recibir  al público, el maestro José Miguel Rivera ofreció un repertorio que navegó entre obras de compositores con mayor presencia en el gusto de la gente y otras obras que no son tan conocidas.
A media luz y con una sala llena a toda su capacidad, el concierto fluyó  sin contratiempos.  El maestro, guiado por su talento e instinto musical, deslizó sus hábiles manos para dar muestra de su refinamiento en la interpretación pianística.
El recital incluyó obras de compositores conocidos como Beethoven,  Chopin, Schubert y   otros grandes genios del piano romántico.
Para dar la bienvenida el maestro Rivera interpretó Sonata en Fm, Op. 57 de L.V. Beethoven con sus tres movimientos I. Allegro assai, II. Andante con moto y III. Allegro ma non troppo- Presto que creó la atmósfera de relajamiento para disfrutar después  Impromptu de S. Schubert; Estudio en Cm, Op. 25 no. 12 de F. Chopin; Berceuse, Op. 57 para cerrar con Polonesa en AbM, Op, 53.
Las música con un alto grado de intensidad y colmada a veces de movimientos lentos  pasaba en ocasiones al virtuosismo  acompañado por desplazamientos acelerados correspondientes a distintos estilos y  sonoridades estéticas.
El público agradeció la exquisita noche musical y entre pieza y pieza brindó fuertes aplausos al  pianista, al final un bravo tras otro inundó la Casa Haas y los asistentes despidieron de pie y con fuertes aplausos al maestro Rivera, que al final expresó su satisfacción por despertar en la gente, el deseo de conocer la música clásica.
“En estos recitales tocamos para gente conocedora pero también para quienes nunca han escuchado a los compositores clásicos.  Chopin y Beethoven son populares, y la mayoría ha oído hablar de ellos, pero incluí temas y compositores no tan escuchados, eso despierta  la  curiosidad de la gente  y ayuda a que tengamos más público en los conciertos”,  finalizó el maestro José Miguel Rivera.

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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