Volver arriba

En punto de las siete de la noche las puertas del teatro se abrieron y en el lobby  el público fue sorprendido con velas encendidas, rosas rojas y pétalos dispersos  sobre las mesas  vestidas de blanco.A las 20:00 horas los espectadores,  en su mayoría adultos, se dispersaron en la luneta,  se acomodaron en los balcones y empezó el despliegue de tangos de diferentes compositores y  estilos,  acompañados con baile, imágenes de multimedia y arreglos especiales.
En este espectáculo producido por el Director General de Cultura, Raúl Rico González,  36 músicos de la Camerata  interpretaron tango argentino, alemán, mexicano,  ruso y uruguayo,  un programa que demostró la expansión del género musical que salió de los burdeles de Argentina para conquistar  a los sectores más altos de la sociedad mundial.
Como en los grandes salones, la música de dos de los máximos exponentes del tango  A. Piazzolla y Carlos Gardel,   dispersó su intensidad y sensualidad en el  recinto. También se impuso la exquisitez del tango  ruso de  Dmitri Shostakovich e  Igor Stravinsky;  del alemán Kurt Weill; los mexicanos Mario Lavista   y Francisco Gabilondo Soler y el uruguayo Matos Rodríguez.
Una de las  sorpresas de la noche fue la intervención de la bailarina Alina Rodríguez, de la Compañía Ballet Clásico de Sinaloa, con una coreografía de la maestra Zoila Fernández, durante la interpretación de “Che araña”, del popular Cri Cri.
En “Arráncame la vida”  de Agustín Lara,  con orquestación de David Pérez,  el  Ballet Vilanova con coreografía de Dora Cano y Monserrat Millán, ilustró  la pieza que retrata la intensidad del amor.
Atractivas imágenes de video mapping de Karla Jaqueline Aguirre proyectadas sobre una enorme concha acústica que rodeó el escenario y la iluminación de Antonio Serratos,  dieron gran impacto visual al espectáculo al ilustrar toda la pasión, energía,  nostalgia y glamour que suele despertar el tango en las diversas expresiones del arte.
Así el auditorio compuesto por mexicanos y extranjeros,  vivió una intensa noche musical acompañada por la interpretación coreográfica de parejas fuertemente abrazadas, en un despliegue de miradas distantes pero intensas,  piernas entrelazadas y movimientos rápidos y complejos de la cintura hacia abajo.
Adios nonino

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

Lo destacado