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La Banda de Jazz, dirigida por Carlos Betanzos, fue la primera en presentar su espectáculo. La cita fue a las 18:00 horas en el foro experimental y allí se dieron cita alrededor de 55 amigos y familiares de los músicos para el primer espectáculo lírico de la jornada.Las trompetas se impusieron ante los demás instrumentos en la pieza de John Kander, New York, New York. Al término de ésta, Carlos Betanzos agradeció a los padres de familia, ya que sin ellos, el proyecto musical de la Banda Juvenil de Jazz no podría ser posible.
También recalcó que esta agrupación se ha adaptado al estilo de “big band”, un concepto utilizado en Estados Unidos desde los años 20 que hace referencia a una agrupación amplia que se distingue por su sección de percusiones y metales.
Durante el espectáculo el público pudo disfrutar una combinación de apasionantes piezas clásicas del siglo pasado junto a canciones populares con arreglos instrumentales que se adapten a esta “big band”.
Entre las piezas que más impresionaron al público estuvieron Have you ever seen the rain de Credence Clearwater Revival, In the mood de Glenn Miller,  I want to hold your hand de The Beatles y Soul sacrifice de Carlos Santana.
Al finalizar este concierto, algunos de los miembros de la Banda Juvenil de Jazz corrieron hacía el Museo de la Música del Instituto de Cultura de Mazatlán para incorporarse a la Orquesta Sinfónica Juvenil de CULTURA  y presentar ante un público diferente, e igualmente acogedor, otro recital de fin de cursos.
En la primera parte del espectáculo la Orquesta Sinfónica, bajo la dirección de los maestros Mónica Osuna y Héctor Javier Reyes Bonilla se dedicó a transportar a su público al excitante ambiente de la faena española a través de uno de los clásicos más queridos de la música instrumental Suite Carmen del reconocido compositor francés Georges Bizet.
Una serie de Vistas españolas de Grant Hull dieron continuidad a la línea ibérica del recital y piezas como Reflexiones sinfónicas de Andrew Lloyd Webber, Suite Porgy and Bess de George Gerswhim y Finlandia de Jean Sibelius, lo complementaron.
Ambos conciertos finalizaron con el aplauso de los padres, hermanos y amigos orgullosos de estos jóvenes talentos de la música porteña.
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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