Muy pocos candidatos están dispuestos a hablar de los retos más profundos, los retos del carácter y el espíritu que la carrera por las coronas del Carnaval de Mazatlán despierta en ellos. No es el caso de Carlos Murillo, aspirante a la corona en la edición “De Alebrijes y Dragones” de la máxima fiesta porteña.“Yo fui militar y no tenía la seguridad de acercarme a la gente porque mi trabajo era muy rudo y, la verdad, mucha gente no me quería por trabajar en eso: me tenían miedo y eso me generaba mucha inseguridad. Con la candidatura créeme que perdí todo eso, el acercamiento de la gente me ha sorprendido bastante porque aún sin conocerme han estado conmigo”.
Tras ocho años dedicados al Ejército y concentrarse al máximo en la disciplina militar, Carlos Murillo rompió su ostracismo a través del bullicio, la algarabía y el estrecho contacto con el público que el Carnaval impone.
“Esos miedos han cedido poco a poco, con los consejos, el apoyo de mi familia, mis amigos y de la gente he podido sobrellevar todo eso; porque francamente yo era muy inseguro: el pararme en un escenario, hablar con la gente era algo que no podía hacer y ahora se me da y la verdad es muy gratificante”, señala el candidato a Rey de la Alegría.
Contento, animado y sin nervios de cara al cómputo final -este viernes 3 de febrero a las 18:00 horas en la Plazuela República-, Carlos está satisfecho de la intensa labor que junto a su familia y amigos ha realizado a través de visitas a colonias, ranchos, campañas de boteo y kermeses, entre otras actividades para cerrar con broche de oro su candidatura.
La gente ha reaccionado muy bien, el recibimiento ha sido excelente. Cuando saludo proyecto alegría, un ánimo positivo. La gente está entregada al Carnaval y la alegría de nuestra máxima fiesta se impone ante lo que hoy empaña a nuestro México, asegura.
A sus 29 años, la transición del más absoluto anonimato al ojo de esta tormenta llamada Carnaval Internacional Mazatlán 2017 “De Alebrijes y Dragones”, ha permitido a Carlos Murillo definir la clase de Rey de la Alegría que desea representar.
“Créeme que sería un rey humilde, un rey encantador, un rey con mucha alegría, entregado a las familias de Mazatlán; porque me ha tocado ver reyes de la alegría que no se acercan al pueblo y yo quiero entregarme a la gente con esta libertad que he encontrado. Hacer labores sociales, corresponder a todo el apoyo que me han dado.”