Durante más de una hora, casi 40 bailarines dirigidos por el maestro Javier Arcadia, mostraron en 19 interpretaciones dancísticas los sonidos e imágenes folklóricas representativas de Sinaloa.Al interpretar “Venado Sinaloa” y “Pascola Sinaloa”, los pupilos del maestro Arcadia se apoyaron con sonajas en piernas y manos para recrear artísticamente el comportamiento del animal más representativo del puerto, el venado.
En la pieza de “Antaño” los bailarines aparecieron en escena con antiguos vestidos y trajes de gala para enganchar al público con una probadita del estilo de vida y el contexto cultural que imperaba en la aristocracia sinaloense en el pasado.
Al final de cada pieza los cientos de asistentes no se quedaron con las ganas de aplaudir y así, mostrarle a los jóvenes su aprobación por el deleite audiovisual que su espectáculo Snialoa Hoy les provocaba.
En “Chingadera y loquita” las parejas lucieron coloridos vestidos, las mujeres y trajes típicos de la gente de rancho, los hombres, para crear una atmósfera festiva en la que la euforia y el espíritu dicharachero que caracteriza a la comunidad rural del estado fueron los elementos más imprescindibles.
Los gritos y zapateados entre una escenografía que situada a los bailarines frente a tres arcos afuera de un bosque, fueron elementos que ayudaron para que éstos jóvenes estudiantes de la danza pudieran mostrar el fruto de su trabajo dentro de las aulas de la Escuela de Artes del Instituto de Cultura de Mazatlán.
Los jóvenes deleitaron con su gran técnica dancística al ejecutar piezas que exigían mucha condición física como “El sauce y la palma”, “El Costeño” y “El toro viejo” que se caracterizan por incluir muchos giros y un acelerado ritmo marcado por la ejecución de las trompetas, trombones y las tarolas, instrumentos característicos de la música de tambora sinaloense nacida en el sur del estado.
Después de un intermedio de 15 minutos, la escenografía había cambiado de nueva cuenta para que los bailarines se lucieran en “Mazatlán”, una de las canciones, por tradición, más orgullosamente patasaladas.
Después de vibrante repertorio de piezas como el “Niño perdido”, “Escuinapense”, “Rumbo al Recodo” y “El cuichi”, Sinaloa hoy llegó a su fin y congregó a los bailarines en el escenario para despedirse junto a su maestro, Javier Arcadia, con el fuerte aplauso del respetable.