De la mano del talento de Tatuas y con la puesta en escena “La ciudad de los tres espejos”, se puso en marcha la novena edición del Festival Internacional de Teatro Escena Mazatlán, el cual inició fuerte con una crítica de las décadas de existencia de Culiacán, Sinaloa.
José Ángel Tostado Quevedo, Encargado del Despacho del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán inauguró el festival, en su mensaje dio a conocer la importancia de apoyar toda manifestación de las bellas artes, ya que son indicaciones que dio desde su llegada el Presidente Municipal, Luis Guillermo Benítez Torres. La bienvenida estuvo a cargo del Maestro Ramón Gómez Polo, director de la Escuela de Teatro del CMA.
En escena seis actores envolvieron con sus relatos al selecto grupo de asistentes, quienes con una puesta atípica al rodearse en la escenografía del público, iniciaron con un lenguaje coloquial del habitante de la capital sinaloense de hace varias décadas.
Allí recordaron lo que para ellos fueron los años maravillosos de Culiacán, donde se le conocía como “La ciudad de arriba”, donde la vegetación, amabilidad, la actividad agrícola, entre otros aspectos daban tranquilidad y prosperidad a sus habitantes, misma que poco a poco se fue perdiendo cuando en un partido de béisbol fallecieron dos personas, entre ellas, un niño, debido los famosos disparos al aire.
Después en “La ciudad de abajo”, describieron el hoy de Culiacán, donde abunda el narcotráfico, los efectos en las personas, así como la triste desaparición y la privación de vidas que son el pan de cada día, en aquella noble ciudad.
Cuidadosamente los actores llevan una historia que se mezcla en tres etapas diferentes, al final se centran en la desaparición de un niño de seis años, el cual fue encontrado cerca del río, después de que sus hermanos los buscaron incansablemente y se enteraron que no se perdió, sino que su ausencia se debió a que fue alcanzado por una pequeña bala que cayó del cielo.