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Monta una coreografía para rendir homenaje a George Gershwin y Frank Sinatra

Durante su estancia en Mazatlán el notable bailarín y coreógrafo de origen cubano Eduardo Blanco, reconocido por sus aportaciones a la danza en varias ciudades del mundo, monta una coreografía con bailarines de la Compañía Ballet de Mazatlán para rendir homenaje a los grandes músicos norteamericanos George Gershwin y Frank Sinatra.

Eduardo Blanco perteneció al Ballet Nacional de Cuba, como bailarín y coreógrafo se unió a esta prestigiada institución fundada por Alicia Alonso apenas concluyó sus estudios en la Escuela Nacional de Ballet en La Habana. A la edad de 12 años creó su primera coreografía, por sus méritos artísticos se ganó el reconocimiento y apoyo del entonces Presidente Fidel Castro, ha sido galardonado por sus importantes aportaciones a la danza y sus coreografías se bailan en prestigiosas compañías de Canadá, Europa y América Latina.

A esta ciudad llegó para transmitir sus virtudes humanas y su conocimiento técnico a los bailarines de la Compañía Ballet de Mazatlán y a las alumnas y alumnos de la Escuela Municipal de Ballet Clásico del Instituto de Cultura de Mazatlán bajo la dirección de su compatriota la maestra Zoila Fernández Fernández.

El homenaje a Gershwin y Sinatra que próximamente CULTURA llevará a escena en el Teatro Ángela Peralta, es un montaje fresco, diferente, donde los bailarines se despliegan en escena con jazz clásico o neoclásico, una obra donde pueden alternar y abrir su vocabulario y su diapasón como artistas.

“No es una obra totalmente clásica, de repertorio tradicional, es una obra con una temática libre en homenaje al blue, en homenaje a estos dos grandes compositores norteamericanos porque también Gershwin es un músico que llevó la música sinfónica clásica al jazz, entonces esto es lo que yo estoy reflejando y representando en la escena con estos hermosos bailarines”, afirma Eduardo Blanco.

Sobre el desempeño artístico del alumnado de la Escuela Municipal de Ballet Clásico opina:

“Yo recalco que Mazatlán tiene un gran talento y un gran potencial en la danza clásica y me atrevo a decir que estoy enamorado de lo que próximamente se podría hacer en esta ciudad no solamente con el ballet clásico, sino con la EPDM, y la Camerata Mazatlán, me gustaría hacer algo bien grande bajo mi dirección artística y coreográfica con esta gran magnitud de artistas que hay en la ciudad, porque creo que Mazatlán se merece una cultura a nivel mundial”.

¿Qué tiene que contemplar un bailarín para el futuro, con qué se tiene que complementar?

“Un bailarín hoy en día necesita, tener pasión, tener dedicación y disciplina, pero todos somos bailarines, hoy en las redes sociales todo mundo baila, todos hacen TikTok, en mi generación no había hombres en la danza, y ahorita hay más hombres en la danza que mujeres. Por eso la madre o el padre de familia tiene que enfocar a su hijo, porque en esta carrera si no hay un ídolo no existe nada en este mundo. Aquí los niños, especialmente en Mazatlán deben tener el orgullo de decir: Yo quiero ser como los bailarines del ballet clásico de Mazatlán, porque es un ejemplo que ellos están dando a la sociedad y a la cultura en esta hermosa ciudad”.

¿Qué capítulo de vida lo marcó a usted y lo comprometió para trabajar con niños?

“Es que Alicia Alonso, la gran diva a nivel internacional, me formó. Me dijo que el niño es un diamante, y que ese diamante cuando lo pules se queda plasmado en tu corazón. Para mi el trabajar con niños marcó mi vida y nunca voy a dejar este trabajo porque el niño te ennoblece y el niño dice la verdad, lo fundamental es que avance la danza, que continúe la danza, porque la vida es un eterno teatro, y lo importante es que nunca se cierre el telón porque para bailar y para amar esta carrera existe una sola cosa… ¡Dedicación!”.

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