Volver arriba

El artista latinoamericano considerado por la prensa mexicana como uno de los jóvenes creadores, coreógrafos y bailarines emergentes más representativos y propositivos de México llegó a Mazatlán para impartir el taller “Consideraciones para Cultivar Volcanes, laboratorio de imaginación, creación, coreografía, escena y pensamiento” a alumnos y maestros de la EPDM.

Originario de Chiapas y estudiante de la Universidad Veracruzana, Shantí Vera creó un proyecto en 2007 llamado CUATRO x CUATRO con el cual han imaginado a partir de la coreografía la posibilidad de estrategias de organización sensible (les interesa el concepto de lo sensible dentro del arte) y con este proyecto han cultivado diferentes maneras de observar y de vivir la práctica escénica, principalmente la danza a partir de obras, talleres y laboratorios.

Shantí Vera nos recibió con entusiasmo para conversar acerca de su estancia en la Escuela Profesional de Danza de Mazatlán.

¿Cuál es el objetivo de tu presencia en la EPDM ?
“Mi visita a Mazatlán provoca alegría, la EPDM es un espacio referente en la educación de la danza en México, de hecho, integrantes de CUATRO x CUATRO son egresados de la EPDM y eso es muy importante, yo he impartido en otras ocasiones otros talleres, ahora estoy dando un laboratorio, es un laboratorio de imaginación, creación, escena, coreografía y pensamiento, donde cuestiono diversos conceptos y estoy procurando de una manera abierta con los compañeros, con los alumnos de tercer grado, cultivando un contenedor en donde cada una de las personas que están tomándolo puedan tener rienda suelta a sus inquietudes personales”.

“La práctica artística también tiene que ver con cultivar tu individuo, no con la reproducción de modelos sino realmente con la apertura a la imaginación, a la invención. La EPDM en ese sentido siempre está en constante diálogo con creadores de diferentes latitudes y de diferentes disciplinas, eso es una de las escuelas que más lo tienen, dado que también las personas que son los maestros son artistas en activo y eso les permite a los alumnos tener esa diversidad de acercamientos con otras perspectivas”.

Añades en tu diálogo el concepto de “Cultivar” ¿Por qué este adjetivo?
“Tiene que ver con otra manera de mirar las cosas, el EZLN está insistiendo en que hay otras formas de hacer mundo, y yo lo creo, políticamente y poéticamente que el arte es el último reducto en donde es posible hacerlo, es posible mirar, relacionarse, sentir de manera diferente, y cultivar también tiene que ver de alguna manera con cuestionar el lenguaje instrumentalizado que el mundo capital integrado nos otorga, la de producir, que es un concepto que el capital lo ha cooptado, cultivar tiene que ver con una cuestión de tiempo, el cultivar no es de un momento a otro de manera genérica, sino que necesito un tiempo para que emerja algo, necesito poner la semilla, encontrar la semilla. Pienso la práctica artística desde ese lugar y no solo como la reproducción de cosas de generar modelos, no me interesa para nada ese territorio.

¿Qué encuentras en los alumnos de la EPDM, qué fortalezas y qué debilidades, como encuentras a los estudiantes?

Es un grupo bellísimo, veo una multitud de inteligencias diversas y eso me interesa mucho resaltarlo, me interesa el momento de venir y poder hacer que sus mundos propios crezcan, no me gusta pensar en términos de deficiencias, pienso más en igualdad de inteligencias y pienso que el territorio de la pedagogía un espacio en el que podamos hacer crecer los mundos que somos, encuentro un grupo maravilloso de jóvenes muy abiertos, escuchan atentamente, es muy hermoso. Cuando alguien es abierto está abierto al mundo y eso habla muy bien de ellos y del espacio en el que están cultivándose.
¿Qué necesita hoy en día un bailarín de danza contemporánea para salir al mundo y ponerse a trabajar, qué herramientas se necesitan?
La pregunta es compleja por la inercia en como las estructuras de educación están “insistiéndo-se” en México, hay 25 universidades, licenciaturas por lo menos de danza contemporánea en México y el campo de acción de trabajo laboral es muy limitado, de hecho cada año los que encuentran más trabajo son los egresados de la EPDM de manera general, yo si creo que hay una cuestión que tiene que ver con el cuestionamiento, la necesidad de hacerse preguntas como individuos, de los estudiantes, de las personas, más allá de los estudiantes.
¿Por qué se está haciendo lo que se está haciendo? De manera cotidiana creo que no lo tendríamos que estar preguntando, los maestros, los alumnos, los maestros invitados, los gestores culturales, las personas que están en cargos públicos, me parece que hoy en el 2024 podemos ver que la época de la profesionalización, de esta cosa que hace 50 años o hace 70 años “si tú eres un licenciado ya vas a tener un poco más el camino hecho”. Hoy nos damos cuenta que no es así, que no hay lugares para trabajar, que hay una precarización de un sistema en donde además el arte cobra muchas veces lugares instrumentalizados, utilitarios y eso yo lo cuestionaría de facto. El arte ya es útil en la sociedad, pero desde lugares de consumo, hay otra cosa mucho más compleja que tiene que ver con como crecemos en conjunto con la sociedad, entonces yo creo que lo que hace que nos preguntemos es ¿Porqué estamos haciendo lo que hacemos, y cómo lo vamos a seguir haciendo al mismo tiempo, y para qué y desde que lugar? El movimiento en la práctica de la danza es realmente un lugar en el que puedo pensar de manera diferente, si yo tengo un problema y lo veo de frente, me puedo poner de lado y ya tengo otra perspectiva, a mi me interesa mucho eso que te abre, la propia práctica dancística. No es encajar en el mundo, sino es como hacemos que el mundo se agriete, y esa es la práctica que yo insisto en hacer.

Éste artículo fue publicado en Educación Artística Prensa, Escuela profesional de danza de mazatlán prensa, Prensa. .

Lo destacado