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La “prima ballerina” presentó un espectáculo que incluyó la obra La princesa de oriente de Korsakov, Capricho Italiano de Tchaikovski y Rapsodia húngara No. 2 de Liszt, entre otras.La Amelio ofreció la obra  “Danza grande, mujer chiquita” y un homenaje a la madre a través de la popular música de “La llorona”, que ejecutó con vestuario estilizado y cálida iluminación.
Considerada por la crítica como exponente de una nueva expresión de la danza y la música clásica, la Amelio se presentó ante un teatro atiborrado  por cientos de personas que disfrutaron su arte.
Sonia con los crótalos, con el movimiento de sus manos, de  sus pies y de cada parte de su cuerpo, interpretó obras de grandes de la música clásica.
La mexicana que ha llevado su arte por varios países de los cinco continentes,  cautivó por su entrega y profesionalismo y por su evidente virtuosismo en los crótalos, acompañados a veces por un enérgico zapateado o con los suaves movimientos de sus experimentadas puntas de bailarina de ballet.
Las partituras de  Tchaikovski, Liszt y Korsakov  fueron interpretadas con fidelidad durante el concierto de manos y pies de la multigalardonada artista.
La característica particular de esta bailarina radica en que cada nota fue interpretada con una técnica magistral y exquisita estética musical, y se ve reflejada en los movimientos rítmicamente exactos de los pies.
Homenajeada en los diversos escenarios del mundo donde se ha presentado, volvió a Mazatlán pero esta vez se le cumplió el sueño de actuar en este santuario del arte que es el Teatro Ángela Peralta.
Entre cada una de sus actuaciones  el público supo de su trayectoria a través de videos que documentan su paso por los escenarios internacionales y sus reconocimientos en Alemania, Colombia y Rusia, país que la condecoró recientemente.
Bravos y prolongados aplausos sellaron cada una de sus apariciones en el escenario y en reciprocidad la artista abrazó al público  y  agradeció  su cariño.
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Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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