Volver arriba

Los carros  alegóricos del cortejo real fueron los más esperados y todos, -39 en total-  muy aplaudidos por el gentío.La gente se acomodó donde pudo;  sobre la banqueta del malecón  formó hasta diez filas y “tapizó”  el carril de sur a norte. Algunas familias esperaron sentados  el paso de los carros alegóricos y  miles permanecieron de pie.
Como nunca,  los balcones de hoteles y condominios se vieron atestados por la presencia de porteños y turistas.   Cifras del Gobierno del Estado estiman que el desfile del domingo fue presenciado por 620 mil personas.
Las familias comenzaron a llegar  varias horas de anticipación al paseo costero.  A las once de la noche del sábado, las sillas y mesas para reservar lugares llegaban casi hasta el cruce con la Lola Beltrán; muchos  aguantaron el frío de la víspera para conservar  el espacio apartado.
El desfile dominical comenzó a las 17:30 horas, puntual; antes, las empresas patrocinadoras repartieron camisetas, pulseras y dulces, entre otros accesorios.
Las ventas de los vendedores ambulantes incrementaron.  La sensación fueron las pelucas de colores.
Las carrozas reales fueron las más esperadas.  Karen I,  Reina del Carnaval Mazatlán 2013 desfiló a bordo de un impresionante carruaje de corte egipcio;  vestida de Cleopatra y acompañada por una enorme esfinge egipcia, la bella reina  saludó a su pueblo acompañada por sus princesas  Estefanía, Leslie, Elizabeth y Karelia.
La Reina de los Juegos Florales, Lidia I, lució un vestido de corte inglés y acompañada por sus princesas Vanessa e Iliana,  recibió el cariño de la gente que la vio pasar en una imponente  carroza real inspirada en la legendaria historia medieval del reino de  Camelot. 
Una cruz  altísima, torres  pintadas en oro y armaduras de la época, entre otros elementos de la cultura celta,  atrajeron la mirada  de la concurrencia.
Iván I, el Rey de la Alegría saludó desde su carro alegórico adornado con los  caballos de los tres mosqueteros.   La sala de la corte y el trono fue una  réplica  de una escena de la segunda película de los tres mosqueteros, y Rigo Lewis,  su creador, se basó en la imagen del Palacio de Versalles con el reloj al centro que marcaba las cinco de la tarde,  por ser la víspera del

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

Lo destacado