Actualmente estudia la carrera de derecho y, aunque acepta que desde pequeña tuvo la inquietud por vivir de cerca los desfiles y las coronaciones de Carnaval, hasta hoy, a sus 21 años, siente la suficiente madurez para competir por una de las dos coronas de la máxima fiesta del puerto.El apoyo de sus seres queridos y la experiencia de su hermano Aarón, es el motor que la mueve a no rendirse en la contienda.
“Siempre había sido espectadora de Carnaval, pero me involucré mucho cuando mi hermano concursó. Para mí fue muy padre ver toda la alegría que transmitía cuando iba cantando en su carro alegórico. Él me contagió el gusto por Carnaval y aunque actualmente vive en el DF siempre me manda mensajes y buenas vibras y me motiva a que luche por mi sueño y lo alcance”.
Carolina sabe que reinas del Carnaval como Leticia Arellano, Libia Farriols y Marcela Valdez han dejado huella en la historia de la fiesta, y reconoce que seguir sus pasos no es una tarea fácil; por ello además de hacer ejercicio y cuidar su alimentación, se prepara de otras formas para el día de la elección (el 4 de febrero) en el Teatro Ángela Peralta.
“No sólo me preparo físicamente. Voy a clases de pasarela para aprender cómo caminar y lucir los vestidos el día de la elección. Voy a clases de dicción para que vean que la mujer mazatleca no solamente es bella, también es inteligente. Me encantaría que la gente notara que no fue algo de un momento, que fue mucho tiempo invertido en este concurso, que me preparé para hacer un buen papel”.
Carolina señala que, de obtener alguna de las dos coronas, le gustaría proyectar todos los atractivos de la máxima fiesta del puerto.
Carnaval tiene un evento para cada persona. Por ejemplo, la Coronación de los Juegos Florales es arte y muestra la cultura de Mazatlán y de Sinaloa. Eso es lo padre del Carnaval: que no sólo es la belleza y lo exótico de los carros alegóricos. Me encantaría ser la imagen de nuestro puerto, una imagen positiva, una imagen que invite a la gente a decir ‘¡Wow, yo quiero ir a Mazatlán!”