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Con la dramaturgia original de las alumnas Bolena Guevara y Fernanda Patrón y de los maestros Alberto Nájera y Ricardo Ramírez Carnero, la pieza recorre las vidas de “Carmen” (Bolena Guevara) y “Cande” (Dulce María Guzmán): el origen de su amistad, sus historias familiares, sus ilusiones, dramas y esperanzas fueron tejidos con precisión y rigor bajo la dirección del maestro Alberto Nájera. “Cande” y “Carmen” partieron una noche hacia una pequeña aventura marítima y tras quedar varadas, sus ocurrencias, arrebatos juveniles, inquietudes, fantasmas personales y más altas esperanzas fueron plasmadas a través del símbolo de las alas de una mariposa.
La energía y frescura de Dulce María Guzmán y la vulnerabilidad de Bolena Guevara dieron a sus personajes una interesante dinámica que les permitió fabricar un juego de contrastes entre los temas que esta representación ofreció con un lenguaje coloquial salpicado por la poesía: la soledad, la fuerza de la amistad, el dolor de las carencias, la necesidad de perdonar, las tragedias que el silencio y el miedo ejecutan, el valor que vivir requiere.
Con un trabajo minimalista centrado en el uso de un cajón de madera y remos, luces, sonidos y sombras, “Memorias de Mariposa” recreó la infancia de las jóvenes en las azoteas, dio paso a personajes entrañables como “Sara” (Karen Douglas), la “Abuela” (Ángela Camacho Mayorquín) o “El padre de Carmen”, “Él” y “El dulcero” (interpretados por Ramón Gómez Polo). 
La inocencia y la alegría; la sabiduría y la esperanza; los conflictos, perversiones y crueldad del ser humano que, de forma inevitable, desfilan en la vida de cada individuo se dieron la mano sobre el escenario en esta noche de junio.
Un caleidoscopio de emociones dominadas por la inocencia, la tristeza, el dolor y la fe hizo que estas “Memorias de Mariposas” arrebataran el aliento del público con los pasajes descabellados, los instantes de plenitud, los abismos del horror y un salto final hacia el inconmensurable mar del futuro de parte de las protagonistas de esta historia producida y protagonizada por artistas mazatlecos, un producto artístico de calidad que demuestra el compromiso del Instituto de Cultura de Mazatlán con el teatro para ofrecer mensajes de fortaleza y esperanza.
Después de la última escena, los maestros Ramón Gómez Polo y Alberto Nájera pidieron a la joven Bolena Guevara que pasara a recibir su reconocimiento como egresada de la segunda generación de la Carrera Técnica en Arte Teatral del Instituto de Cultura de Mazatlán, acompañada por sus profesores, colaboradores especiales y por los alumnos que recién inician su camino en el

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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