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Cerca de 25 cuadros, cuatro instalaciones y la exhibición de “El hombre sol”, un cortometraje del cineasta mazatleco Isaac Ruiz en el que figura uno de los personajes de “Favius”, como se le conoce en el mundo del arte urbano, ofrecen una aproximación a una obra imaginativa, cargada de emotividad en la que el centro es el universo del niño interior: herido, inspirado, ingenuo, alegre, salvaje; curiosamente, en la inauguración, muchos niños se encontraban presentes entre el público. “Para los niños no es sorprendente lo que ven, es más choqueante para un adulto ver a un personaje sangrar o quemarse, para los niños  es algo muy amable, muy imaginativo, tal vez no tienen tantas ideas preconcebidas en la mente, porque muchos de mis personajes están llorando, y a veces asociamos solamente el llanto con una cuestión de sufrimiento, pero puede ser también de alegría ¿no?”.
El artista mazatleco afirma que en sus exposiciones le ha tocado ver a niños que aceptan su obra como  es, y le añaden el carácter de juego que tiene el arte.
“Para ellos es mucho más claro que mi obra no tiene un carácter tan literal, si no que sólo estoy jugando con un tema y para mí también es interesante jugar,  entonces es bien curioso que como niños la reciban más directamente a como lo hace un adulto.”
Sus “Little visions”, nacieron de un sueño que tuvo en 2011: el cuadro de un gatito, con cuerpo humano y los ojos vendados, una imagen con la que exploraría un  tema que lo ha acompañado a lo largo de su trayectoria, la infancia, pero en esta ocasión, Montoya dejó de lado el academicismo, el arte de carácter técnico y elaborado, para abrirle paso a la imagen de la calle, al grafiti, al cómic, a los colores pastel, un mundo de dibujos animados sumidos en sus limbos, universos de pesadilla y fantasía que ha desarrollado al máximo en la capital mexicana.
“Al irme a DF. me encuentro con una panorámica un tanto más abierta, sobre todo en galerías, de aceptación a este tipo de arte no tan formal ni tan académico; no es que yo no tenga la formación, porque también soy maestro de arte y técnicamente podría hacer una cuestión más académica o más ‘artística’ en cierto sentido, pero decido hacerlo al contrario, alejarme de las cuestiones preestablecidas para tener una voz más genuina, algo con lo que yo me sintiera más a gusto”, señala Montoya, quien desarrolló “Belleza Desafortunada” gracias al Programa de Estímulo a la Creación y Desarrollo Artístico de Sinaloa (PECDAS)y que cuenta en su currículum con 11 exposiciones individuales y m&aacute

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