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Este recital tuvo como protagonistas las voces del bajo José Miguel Valenzuela y de la soprano Karla Arce, miembros del Taller de Canto que dirigen los maestros Enrique Patrón De Rueda y Martha Félix en la Escuela Superior de Canto del Instituto de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán. Con una serie de boleros de compositores clásicos de la baraja nacional, los cantantes hicieron de la tarde un manto de emociones que fue enjoyado por la rica atmósfera que Pablo López Mejía, Víctor Osuna Lizárraga, Jesús Ivannov Becerra y Carlos Martínez supieron componer con el piano, violín, trompeta y percusiones.
La cavernosa voz de Valenzuela abrió el recital a través del tema “No sé porque” de Manuel Esperón, y poco después sonaron las dulces notas de “Contigo” de Claudio Estrada, tema en el que Karla Arce se incorporó sorpresivamente para crear un momento mágico que armonizó con la bella decoración que los artistas crearon para el evento.
Tenues veladoras, una cómoda sala, focos de delgado filamento, una delicada iluminación partida entre naranja y violeta dieron a las notas de “Arrullo”, de Mario Talavera, el cuerpo de un remanso sosegado que fluyo con el canto de Karla Arce.
De nuevo, junto, los cantantes entonaron “La negra noche” de Emilio Uranga, tema que surgió justo cuando los latigazos del ocaso resbalaban sobre el domo traslúcido de la histórica casona porteña.
El drama y dolor de “Déjame llorar” de Alfonso Esparza quedó encarnado de forma magistral en la honda voz de José Miguel Valenzuela, y este oscuro sentir se esfumó con las delicadas notas de “Te quiero dijiste”, de María Grever, en donde las percusiones crearon la sensación de estar dentro de una película de la Época de Oro del Cine Mexicano.
Tras un breve intermedio, la alegre melodía “Mi querido Capitán” de José A. Palacios, azuzó al público a aplaudir la graciosa interpretación de Karla Arce.
“En sabor a mí”, de Álvaro Carrillo, la melodiosa orgía del piano, percusiones, voces y trompeta terminó de consumar el trance en que el público se encontraba, y justo en ese momento una leve lluvia comenzó a tamborilear sobre el techo.
Casi al ritmo de la llovizna crepuscular, el tema “Hoja seca”, de Roque Carbajo, sumió a la audiencia en un delicado momento de tristeza creado en la garganta de José Miguel Valenzuela, y que sólo fue posible quebrar cuando Karla Arc

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