Hace ya tres años que la soprano Jéssika Arévalo –oriunda de Guatemala- partió de Mazatlán a la Ciudad de México. Y ahora que su carrera profesional despega, vuelve a la tierra que la vio nacer como artista para participar en la ópera “Carmen”, una super producción del Instituto de Cultura de Mazatlán.
Como en la música, las pasiones humanas explotan en los personajes. Uno de ellos es “Frasquita”, la joven gitana que interpretará Jéssika.
“’Frasquita’ es un personaje bastante divertido, es una mujer muy alegre y estábamos platicando con el director de escena que, por la tesitura y por las cosas que escribió Bizet para ella, imaginamos que es la más joven de las tres. Son tres mujeres muy poderosas y muy independientes: ‘Frasquita’, ‘Mercedes’ y Carmen’, pero obviamente ‘Carmen’ es el ejemplo, el mayor referente de todas, lo que quieren llegar a ser; porque consigue todo lo que quiere”.
Es así, con el trazo precioso que el compositor francés dio a sus personajes, que para Jéssika Arévalo, “Carmen” es una cita ineludible para todos los que aman acercarse a lo más profundo de la condición humana.
“Yo creo que todas las personas, en algún momento, se han sentido identificadas con los personajes de ‘Carmen’, a lo mejor no exactamente como los pinta Bizet, pero sí en las aspiraciones y deseos: llegar a ser esa gitana que con una sola mirada puede tener la atención de todos los hombres, o llegar a un lugar y ser el centro de atención, o tener la libertad que tienen ‘Frasquita’, ‘Mercedes’, ‘Dancaire’ y ‘El Remendado’ de andar por la vida buscando dinero y haciendo las cosas que les gustan y tener una recompensa por esto”.
Sobre el proyecto operístico del puerto Jéssika Arévalo comenta: “Mazatlán para mí es el lugar en donde se abrieron muchas puertas. Yo soy de Guatemala, vengo de un país que, aunque estemos pegaditos, es totalmente diferente. Entonces llegué acá, a los brazos del maestro (Enrique) Patrón, y creo que no pude tener mejor comienzo que bajo su guía y la de la maestra Martha Félix. Regresar para mí conlleva mucha nostal