Con motivo del Carnaval Internacional de Mazatlán, anualmente se renueva la tradición de vestir a la ciudad con decoraciones festivas. Desde 1898 se inició esta costumbre. La historia nos muestra como han existido diversos modos de disfrazar plazuelas y calles en Carnaval, en los estilos de cada época. En las primeras décadas del siglo XX se usaron festones y banderolas; luego, en los años veinte y treinta de ese siglo, se impuso la modalidad de crear fachadas falsas en edificios alrededor de la Plazuela Machado, donde se concentraba el festejo popular, también se levantaban arcos triunfales y esculturas monumentales en plazas públicas y otras áreas de bailes; a mediados del siglo se trasladó el decorado a los escaparates comerciales con vistosos adornos alusivos al festejo, que incluían fotos enmarcadas de las candidatas y de las reinas.
Desde la década de los noventas, el carnaval se volcó hacia el malecón y abrió paso a un nuevo formato de creaciones artísticas que llaman la atención a propios y visitantes. Así nacieron los llamados monigotes que nos anticipan y participan la llegada de la máxima fiesta del puerto, instalados sobre el paseo costero. Estas esculturas se realizan en técnica de papel maché, sobre estructuras de acero, impermeabilizadas con pintura de aceite y telas. Su iluminación ha tenido variaciones, al principio se alumbraban mediante faros de colores, para resaltar sus líneas, a base de claros y sombras; desde hace unos años, se empezó a ensayar, con éxito, la instalación interna y externa de efectos especiales en led.
Actualmente son once las figuras, de entre ocho y diez metros de altura, estratégicamente distribuidas a lo largo del paseo costero y en la Plazuela Machado.
En 2024, el tema “Eclipse Barroco” ha despertado la imaginación y creatividad de los tres creadores seleccionados por expresar en figuras estilizadas la estética del arte barroco y/o a las fantasías ligadas a la mitología de los astros y particularmente a los eclipses.
Guardián de la Noche
La Luna bajo disfraz carnavalero de mago, sentada sobre rocas de diamantina espera al sol para realizar el maravilloso acto de ocultarlo y obscurecer el mundo ante el azoro humano. Ninots la realizó a base de unicel, con estructura de acero y madera. Alcanza una altura sobresaliente para este tipo de figuras.
Papageno en Libertad
El hombre pájaro inspirado en la iconografía del repertorio operístico, da cuenta de los rasgos maduros del barroco y de Mozart. A través de La Flauta Mágica pretende hoy instalarnos en el mundo imaginario que todos creamos en nuestro carnaval. Henry Wilson lo construyó con base en perfiles de acero recubierto con red de alambrón, con tres capas de papel maché rematadas con una capa de tela impregnada de pegamento y recubierta de pinturas de aceite, con acabado de poliuretano. Va decorado con una instalación eléctrica de luces led.
Arlequín de Carnaval
La típica figura de las fiestas de las carnes al estilo italiano, en la creación de Jorge González, usa una máscara solar y lo ha puesto a jugar malabares con cuatro soles. Tiene estructura de acero y acabados de poliestireno, está forrado de lona textil y mina gris. Lo ha decorado con pinturas acrílicas, recubierta con acabado de barniz marino.
El Rey Sol
La máxima divinidad de la antigüedad, imaginada por Jorge González, porta el bastón luminoso de mando, mostrando su poderío sobre el mundo. Realizado con base en estructura de acero y acabados de poliestireno, está forrado de lona textil y mina gris. Va decorado con pinturas acrílicas, recubierta con acabado de barniz marino.
Inspiración en López Sáenz
Un homenaje al cronista gráfico de Mazatlán, Don Antonio López Sáenz. Henry Wilson lo imagina como ángel azul, como un pintor luminoso que con su paleta y su pincel sigue creando las típicas figuras que plasmó en sus cuadros terrenales, teniendo siempre el mar mazatleco como fondo inspirador.
Guardián del Sol
Ante el acoso de la luna obstinada en ocultarlo, el sol requiere un ángel de guardia que no dudará en usar su espada para salvar al mundo de malos augurios, según apuntan los creativos de Ninots, para perfilar esta figura alusiva.
Sol de Luna
La versión de todo eclipse como un embrujo para capturar al astro rey es fabulada por Jorge González, en la figura de un hada hechicera que logra enjaular al sol y lo muestra como prenda triunfal a la humanidad.
Eclipse Barroco
Una estilización de Jorge González, que ofrece su versión barroca de un eclipse, reforzada a través de los personajes de montan al sol y a la luna en el instante preciso de su colisión estelar.
La Reina de la Noche
Está inspirada en el personaje central de la ópera La Flauta Mágica de Mozart, perteneciente a la etapa final del barroquismo. Destaca en la vestimenta cierta simbología masónica, en un tratamiento figurativo. Es un monigote luminoso compuesto por paneles, en doble capa, traslúcidos.
Claroscuro Barroco
En un tratamiento juguetón de los solapamientos entre el astro rey y el satélite lunar, Henry Wilson, pone a un personaje solar a ofrecerle, en una usanza tradicional, una sentida serenata a la Luna ornamentada con hojas de acanto y formas sinuosas.
Elegancia
Una mujer vestida con una indumentaria clásica, que porta un bastón lunar y un resplandor en forma de abanico, a juicio de Jorge González, representa lo que en tiempos barrocos se podía definir comúnmente como elegante: gracia, nobleza, sencillez, airoso y de buen gusto