Volver arriba

Llegar a este momento ha exigido de él mucho más que compromiso y visión profesional; ha implicado entregarse y mostrar, una y otra vez, su pasión y cariño hacia Mazatlán, la tierra que lo ha adoptado y con quien, afirma, ha establecido uno de los vínculos más significativos de su vida. 
“Soy mazatleco de corazón, nací en la Ciudad de México, pero llegué aquí a los veintitantos años y de allá para acá me enamoré de Mazatlán. Mis semillas las eché en esta tierra, mis hijas nacieron aquí. La verdad que esta tierra me ha dado una calidad de vida fuera de serie, le tengo un cariño muy, muy especial. Mis mejores amigos son mazatlecos, en fin, realmente he hecho una familia aquí, y mi vínculo más fuerte con Mazatlán es el carnaval, precisamente porque he tenido la suerte y la oportunidad de conocer gente fuera de serie.”
 
Su trabajo en la máxima fiesta del puerto inició formalmente en 1983, y cuatro años después, bajo la dirección del Licenciado Raúl Rico González, tuvo la oportunidad de participar en la primera edición del Carnaval creada bajo una campaña de marketing que buscó darle otro rostro a la pintoresca celebración.
 
“Me acuerdo que antes los carnavales eran un tanto salvajes. Algunos no querían desfilar ya que los huevazos se ponían de a peso, el cascaronazo era un problema, los sprays. Logramos también quitar las lonas de los patrocinadores, se colgaban en los mismos carros cuando el artista entregaba su obra. De repente se llenaban de lonas, se ha logrado dejar intactos los carros con su concepto”.
 
Finalmente, tras años de coquetear con la idea, la oportunidad de crear una carroza real le llegó de golpe: hizo cuatro, y junto a éstas, le tocó involucrarse en la creación de la identidad y el concepto de cada edición del Carnaval.
 
“Yo inicié tratando de hacer los carros insignia de cada uno de los personajes, por ejemplo:‘Espíritus de mar y viento’, ‘Las sirenas’ y ‘El retorno de las musas’. El año antepasado que vino la comparsa brasileña también fue un parteaguas en los carnavales, y allí también me fui a seis carros”, comparte orgulloso el maestro Igartúa.
 
 
 

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

Lo destacado