Lo que sucedió esa noche en el Teatro Ángela Peralta avivó la llama que desde sus sueños de niña se había mantenido encendida en el seno de un hogar siempre ligado a la máxima fiesta porteña. Su tía Martha Rochín fue Reina del Carnaval en 1965 y su papá fue Príncipe hace 26 años.
Melissa asistió a la elección en calidad de espectadora y desde su butaca pensó que después de esperar tres años, su tiempo había llegado y se sintió preparada para competir por la corona.
Con 20 años de vida cumplidos el pasado mes de noviembre, la estudiante de Cosmiatría y Diseño de Imagen en la UNIP ya lleva camino andado en los certámenes de belleza. Tres coronas ha portado sobre su cabeza, su triunfo más reciente la convirtió en Reina de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo, corona que entregó en el 2014.
Ahora Melissa dice estar preparada para enfrentar un nuevo reto: convertirse en soberana absoluta de la fiesta más emblemática de los mazatlecos.
“De niña jugaba con mis papás a ser reina”, comenta mientras sus ojos brillan cada vez que se asoma el recuerdo de una infancia feliz al lado de sus padres que le han inculcado el amor por la máxima fiesta.
Ahora en la edad adulta admite que ser Reina del Carnaval de Mazatlán es un sueño recurrente en ella y en muchas jóvenes del puerto.
-¿Quién no sueña con ser reina?, se pregunta mientras acomoda la banda que la distingue como candidata oficial del Carnaval de Mazatlán.
Para salir airosa durante la Elección –el sábado 24 de enero en el Teatro Ángela Peralta- la joven de expresiva mirada, sonrisa agradable y negra y larga cabellera, se prepara emocional y psicológicamente.
Y es que salir al escenario en una competencia donde además de belleza, el jurado califica criterio y dominio de la pasarela, no es tarea fácil, afirma.