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Inspirado en la historia literaria homónima Romeo y Julieta dio continuidad a los grandes eventos de la Temporada Primavera 2018 el pasado viernes y repite función este sábado a las ocho de la noche en el Teatro Ángela Peralta. Alrededor de 45 talentosos artistas narraron la historia de un amor frustrado protagonizada por la bailarina mexicana Marissa Jiménez quien encarnó a “Julieta” y el cubano Víctor Verdecia en el papel de “Romeo”.
Ambos bailaron y actuaron para representar con realismo, alto rigor técnico y sensibilidad artística las escenas de la famosa obra de William Shakespeare
En su presentación en Mazatlán el Ballet de Jalisco entregó al público su propia versión coreografiada por el Director Artístico de la compañía Dariusz Blajer que apuesta por un montaje neoclásico para atrapar al público con movimientos estéticos, sublimes, etéreos y apasionados.
La escenografía de “Mosco”  y   la música del ucraniano Serguéi Prokófiev colmada de una variedad rítmica acompañan las escenas que deambulan entre pleitos callejeros característicos de la juventud, hasta la lucha a espadazos y el trágico desenlace de las rivalidades entre los Montesco y los Capuleto.
La enorme complejidad técnica de la obra la convierte en un reto para cada uno de los bailarines, todos con formación clásica.
En el primer acto destaca la famosa marcha, un acto muy bello y muy famoso que fascina al público con la actuación de nueve hombres y mujeres que se cruzan entre sí, sin tocarse en el escenario.  El director logra un momento sublime con la mítica escena del balcón donde los protagonistas se declaran amor en el jardín y celebran con una danza muy romántica y especial.
El segundo acto tiene tres momentos importantes: la muerte de “Mercutio” interpretado por Esnel Ramos  a manos de “Teobaldo”, personificado por Carlo Bravo; la pelea entre “Romeo” y “Teobaldo”,  y por último el pas de deux  en la escena que destila el romance prohibido que viven los protagonistas cuando pasan la noche juntos y que antecede la huida de él al siguiente día.
La escenografía de Luis Manuel Aguilar, a pesar de ser sencilla es muy ingeniosa al utilizar una serie de paneles de luz metálica con los cuales cambia el ambiente de una escena a otra.  De momento los bailarines están en la iglesia de Verona y después los paneles se voltean para ubicados en otro luga

Éste artículo fue publicado en Prensa. .

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