Bajo una lluvia de aplausos la obra “Los niños de sal” bajó el telón y marcó la clausura de la XII edición del Festival de Teatro “Escena Mazatlán 2023.
La obra del dramaturgo Hernán Galindo fue protagonizada por la compañía Iguana Roja Teatro, bajo la dirección de Ramón Gómez Polo. La producción es del Instituto Municipal de Cultura, Turismo y Arte de Mazatlán.
Durante una semana de intensa actividad en el Teatro Ángela Peralta, el público presenció puestas en escena de diversos géneros: comedia, drama, monólogo, y tragedia.
Durante el cierre del festival el telón del teatro se abrió para recibir la historia de Raúl, interpretado por Raúl Sánchez Pastrano, un hombre que vive atormentado por su pasado, quien al regresar a su pueblo natal debe afrontar todo lo que dejó atrás y tomar decisiones que lo harán avanzar en la vida.
Además del protagonista estuvieron en escena Jonás (Manolo Díaz), Camarón (Sebastián Sánchez Torres), Otoniel (Fernando Osuna), Marina (Margarita García), Coral (Silvia Flores Bernal), Sabina (Alejandra Quintanilla), y Ángel (Alonso Caro), personajes que marcaron de manera trágica, alegre y amorosa la infancia, adolescencia y el futuro de Raúl.
En este cuento atemporal sobre el amor, la pérdida y la esperanza, luego de tantos viajes por el mundo, Raúl regresó a su morada, allí se encontró con la ausencia de su abuela Marina, vio que su gran amor Coral se casó con uno de sus mejores amigos de la infancia el apoderado Otoniel, cuya suerte se invirtió por circunstancias del destino, pues trabajaba con su otro gran amigo Camarón, un niño pobre que ahora es acaudalado, y se cobra el mal trato que sufrió de todos.
Tras el reencuentro y al calor de unas cervezas bien frías, los varones visitan el panteón, recordaron los juegos de su infancia, el caminar en las calles, en el mar, y aquel primer encuentro sexual, donde Sabina los encaminó en el arte del amor, recordaron al difunto Jonás, ese gran amigo que por experimentar sustancias del bajo mundo, se les adelantó en el camino dejando dolor, la reunión no termina bien.
Raúl escucha que Coral no es feliz con Otoniel, y en la fiesta de XV años de la hija de ella se reencuentran. La joven le confiesa sus sentimientos, pero él la rechaza para cortar de raíz con ese pasado y enterrarlo, Raúl decide irse para nunca más volver.
La dramaturgia de Los niños de sal es del maestro Hernán Galindo; la iluminación fue realizada por Ángel Hiram Salomón, la música y efectos de sonido corrieron a cargo de Lorenzo Gárriga, y como asistente de dirección estuvo Bela Maack.